sábado, 29 de junio de 2013

Oficina para el colectivo Kataplof en La Carpa. Sevilla.


Calle Quevedo y La Carpa

                Los que formamos Calle Quevedo ya conocíamos La Carpa porque como ciudadanos hemos usado alguna vez sus instalaciones y disfrutado de la oferta cultural que este espacio autogestionado ofrece a la ciudad. Como colectivo y como arquitectos, la primera cuestión que abordamos, y que a la postre se ha convertido en nuestro primer proyecto de investigación, fue la vivienda. La vivienda no desde su punto de vista espacial u organizativo, sino desde el punto de vista económico. Nos preguntamos a nosotros mismos si realmente podía ser que no fuera posible ejecutar viviendas con las mismas calidades pero de menor coste, de manera que todos los ciudadanos pudieran ejercer su derecho a una vivienda digna. Obviaremos cuestiones relativas a los diferentes actores del proceso constructivo, incluidos arquitectos, que han propiciado la situación actual, en la que la vivienda es una utopía por el momento para muchos jóvenes y está en riesgo para muchos otros no tan jóvenes. Decidimos pasar a plantearnos directamente modelos constructivos no habituales que pudieran abaratar costes y simplificar la ejecución de la obra. Dicho proceso de investigación, que actualmente se encuentra en su primera fase, nos ha llevado a un modelo constructivo en madera, con una estructura de madera laminada encolada y el palet reutilizado como elemento principal, utilizándolo para todos los cerramientos de la vivienda. La reducción de costes se basa en tres puntos; los materiales reciclados y de segunda mano, la utilización a su vez de materiales atípicos para la construcción, lo que los hace en la mayoría de los casos más asequibles, y la autoconstrucción y ayuda mutua en la obra.

                Nuestra idea final de este trabajo nos llevará a la creación de un documento que establezca los pasos a seguir para que cualquier persona pueda construirse su propia vivienda, por lo que es importante probar el modelo. Desde Calle Quevedo necesitábamos construir un prototipo, ya que eso nos permitirá no sólo corregir posibles errores, sino mejorar la descripción del proceso de ejecución de la obra de cara al documento anteriormente citado. En nuestra búsqueda de un lugar donde realizar este prototipo recurrimos a La Carpa, porque sabíamos que es un espacio autogestionado por diferentes colectivos que comparten nuestras inquietudes y cuya labor sociocultural nos parece encomiable.



MAQUETA
Maqueta de la oficina


Calle Quevedo y el colectivo Kataplof

            Para Calle Quevedo el espacio a construir no es tan importante como el proceso, que es lo que realmente nos será de utilidad, no obstante, como es lógico, no queríamos que el esfuerzo se desvaneciera una vez acaba la obra, por lo que buscamos conjugar intereses con alguno de los colectivos de La Carpa. Fue entonces cuando hablamos con los integrantes del colectivo Cataplof.

            El colectivo Kataplof es al igual que nosotros, de reciente creación. Su papel dentro de  La Carpa será el de llevar adelante la “escuelita de circo”, que se encargará en líneas generales de ofrecer curso de circo a los más jóvenes. Necesitaban de un espacio para dos usos principalmente: el de atender a aquellas personas que estuvieran interesadas en los cursos que ofrecerán, y el de contar con un lugar de reunión y trabajo para planificar su actividad.


Video. Medición y presupuesto de la oficina sobre maqueta.

            La sintonía entre ambos colectivos fue, desde el primer momento, ilusionante. Fue ilusionante descubrir otras personas en el mismo contexto actual con la energía y las ideas necesarias. Calle Quevedo presentó un proyecto con dos ambientes, uno dedicado a la atención y de carácter más público, más alejado de la carpa pequeña junto a la que se sitúa el proyecto, y otro más privado de reunión y descanso. Después de algunas reuniones en donde se terminaron de pulir algunas cuestiones, el proyecto quedó con el aspecto con que ahora se presenta.

            Planta de la oficina

            Desde Calle Quevedo estamos doblemente satisfechos con esta colaboración, primero por haber encontrado un grupo de personas que han confiado en nuestro trabajo y ofrecido el lugar y la oportunidad que necesitábamos, y segundo por saber que nuestro trabajo servirá para cumplir una necesidad de un espacio tan rico y útil para la ciudad de Sevilla como es La Carpa.



Alzado sur de la oficina


viernes, 14 de junio de 2013

¿Quiénes somos?


Calle Quevedo es un colectivo de arquitectos unidos por una visión del mundo y de la profesión arquitectónica. Tenemos una inquietud social y entendemos que como arquitectos nuestra capacidad para dar respuesta a las demandas sociales no sólo es posible sino necesaria. Quizás pueda sonar pedante o incluso naif, pero queremos cambiar el mundo. Sabemos que esta aspiración es posiblemente una quimera, una utopía, pero como dijo Eduardo Galeano usaremos esta utopía para caminar. Entendemos que este es un momento histórico, un momento en que algunos paradigmas que han regido nuestro mundo en las últimas décadas se tambalean por su incapacidad para dar respuestas a las necesidades básicas de los ciudadanos. El individualismo y la competencia a cualquier precio que se ha impuesto por casi todo el globo no es sólo cosa del pasado en nuestra opinión, sino que creemos firmemente que seguir procediendo según estos preceptos es, además de un error, una locura. Pensamos que el ser humano alcanza su máximo potencial con la colaboración, aunando esfuerzos y construyendo sobre la base de la solidaridad y el intercambio de conocimientos tanto teóricos como prácticos. 

Cuando miramos nuestro futuro como arquitectos, concebimos al arquitecto como el personaje opuesto al “príncipe de plata” de Walter Gropius, un técnico que debe desarrollar su trabajo no sólo en completa conexión con los usuarios de su obra, si en una comunicación constante bidireccional donde ambos actores aprendan cada uno del otro. Entendemos además que el arquitecto es capaz de hacer efectivos derechos ciudadanos reconocidos en diferentes documentos y tratados, tanto a nivel nacional como internacional, y por tanto debe ser consciente de su papel social. En Calle Quevedo no sólo no olvidamos esto, sino que nos sentimos identificados con la figura del arquitecto como bien social. Producir para aquellos que más lo necesitan no es denostar nuestra profesión ni abocarnos a una vida de miseria, sino simplemente producir arquitectura acorde con la capacidad y la necesidad social. Debe ser nuestro trabajo investigar y producir para aquellos que por las razones que fuera, no han podido o no han elegido adquirir los conocimientos que nosotros poseemos.


miércoles, 12 de junio de 2013

Un pequeño cigoto

     Hoy nos enorgullecemos de formalizar el blog que podéis ver. Nos gustaría poder decir que nace un espacio de encuentro cultural, arquitectónico y de diseño para deleite de sus amantes; pero posiblemente mentiríamos.

     Esto no es un nacimiento, es el comienzo de la gestación. Se comienza a conformar paso a paso un grupo de arquitectos amantes de su profesión. Queremos disponer de un espacio donde hacer público nuestro trabajo y compartirlo. ¿Por qué compartirlo? Supongo que se trata de una realidad personal basada en unos principios ajenos a lo que está establecido como  lo óptimo. Supongamos una otra pregunta: ¿por qué no compartirlo? Dicen que la imaginación no es posible, que en realidad superponemos ideas ya asimiladas, que no es más que la plasmación de algo ya vivido. Si ello es así, como no compartir nuestro cóctel.


     Algo nos mueve y queremos que lo veáis. Buscamos participes en este juego, entrar en todos los factores y volver al humanismo olvidado por nuestros coetáneos. Queremos enriquecer nuestras mentes y por ende que se nutra las mentes participantes. Queremos aunar ideales, reunir mentalidades con unos principios sólidos y claros, buscar respuestas a nuevas preguntas, y entre todos plantear nuevos paradigmas.


     Como Moro planteó en su libro culmen, no buscamos metas, sino senderos, rutas que guíen, que nos guíen. Es por ello que no podemos hablar de nacimiento, sino de gestación. Somos un cigoto que trabaja por engendrar órganos, piel y extremidades, cada una de las cuales vitales para una supervivencia en la jungla de la vida.


     Hablamos de esperanza e ilusión por crecer, madurar y evolucionar.




"Y, al principio, todo fue curiosidad"
Isaac Asimov. Introducción a la ciencia